El ex presidente Julio María Sanguinetti negó que exista una fisura en la coalición de gobierno por su discrepancia con Luis Lacalle Pou por el candidato para presidir el BID.
El presidente Luis Lacalle Pou decidió apoyar a Mauricio Claver-Carone, un estadounidense de origen cubano que impulsa Donald Trump para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo.
Desde la creación del BID siempre ha tenido la presidencia de latinoamericanos, entre ellos el uruguayo Enrique Iglesias, y esta sería la primera vez que se rompería esa tradición.
Sanguinetti junto a los ex mandatarios Fernando Henrique Cardoso de Brasil, el colombiano Juan Manuel Santos, el mexicano Ernesto Zedillo y Ricardo Lagos de Chile firmaron una carta manifestando preocupación y desacuerdo con tal propuesta.
Sanguinetti dijo en entrevista a Radio Monte Carlo que no es bueno quebrar esta tradición.
El ex presidente colorado afirmó que se trata de una diferencia puntual con Lacalle Pou y que esto no genera problemas al gobierno.
Sanguinetti dijo que se mantiene en el criterio que sostuvo siempre, incluso para lograr en su momento la presidencia del BID para un gran uruguayo como fue el caso de Enrique Iglesias.
Otras de posturas críticas ha sido la de un alto funcionario del BID, que prefirió mantenerse en el anonimato al asegurar a Efe que el nombramiento del abogado nacido en Miami (Florida, EE.UU.) «amenaza con romper la cohesión que tradicionalmente se respira en el BID».
«Un estadounidense gobernando el banco puede dar a entender a los ciudadanos de la región que volvemos a etapas del imperialismo americano, una sensación que obviamente no nos agrada. Parece una estrategia de control, más que de implicación de Trump», reflexiona este diplomático por teléfono.
Él y varios de sus colegas del BID afincados en Washington recibieron la noticia con «consternación», principalmente por las «fuertes posturas» de Claver-Carone, alejadas de la diplomacia habitual que ejerce la institución multilateral en la región.
Con esa mirada coincide Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, uno de los centros de análisis de políticas con más prestigio de la capital estadounidense.
«Esta decisión refleja las dos opciones de este Gobierno frente a las instituciones multilaterales: control total o retirada. Trump no está dispuesto a ceder nada, lo cual es la esencia del multilateralismo, que ha sido exitoso en avanzar los intereses de EE.UU. por décadas», considera Shifter en declaraciones a Efe.
TRUMP CONTRADICE A EISENHOWER
Con el nombramiento de Claver-Carone, Trump ha roto una norma no escrita del BID que uno de sus predecesores, el expresidente Dwight Eisenhower (1953-1961), defendió en un discurso en las Naciones Unidas en 1958.
«Para que esta institución tenga éxito, la función de liderarla debe pertenecer a los países latinoamericanos», dijo entonces de manera solemne.
Esa cita la recordaron esta semana un grupo de expresidentes latinoamericanos que expresaron su oposición a la nominación a través de una carta. Ellos son Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; Ricardo Lagos, de Chile; Julio María Sanguinetti, de Uruguay; Juan Manuel Santos, de Colombia; y Ernesto Zedillo, de México.
En esa misiva, a la que tuvo acceso Efe, los exmandatarios aseguraron que nombrar como presidente del BID a un estadounidense implicaría «una ruptura de la norma no escrita, pero respetada desde su origen, por la cual el BID, por razones, entre otras, de eficiencia financiera, tendría su sede en Washington, pero a cambio siempre estaría conducido por un latinoamericano».