Seguir hablando del mito del «bloqueo» es una mistificación rayana en el ridículo. Desde ya que el embargo comercial estadounidense es una tontería ineficaz. Nació en su tiempo a raíz de las confiscaciones en Cuba de las empresas norteamericanas, a lo que respondió EE.UU. interrumpiendo el comercio. Como era de esperar, no sirvió para moderar al régimen sino para que se envuelva en una bandera nacionalista y se declare heroico combatiente contra la agresión imperial. Que esa medida no le sirve salvo a la monarquía cubana, no empaña la evidencia de la farsa del «bloqueo». Simplemente, porque Cuba puede comprar y vender a todo el mundo, porque la mitad de sus habitantes vive del dinero que le llega de sus compatriotas de EE.UU. y porque esa situación comercial nada tiene que ver con la naturaleza de un régimen constitucionalmente totalitario.
Se llevó a cabo una nueva Convención Nacional
El sábado 8 de noviembre en la Casa del Partido se llevó a cabo una nueva Convención Nacional del Partido...







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